La generosidad puede también ser tiempo, dinero, o trabajo del gasto, para otros, sin la recompensa en vuelta. Aunque el término generosidad, va a menudo de común acuerdo con caridad, mucha gente en el ojo del público desea el reconocimiento de sus buenos actos. Las donaciones son necesarias para apoyar organizaciones y sus comités, sin embargo, la generosidad no debe estar limitada a épocas de gran necesidad tales como desastres y situaciones extremas; ya que la generosidad no ha de estar basada solamente en el estado económico, sino que por el contrario, esto incluye las intenciones puras del individuo de mirar hacia fuera para bien común de la sociedad y dar ejemplo a los demás.
La generosidad es una virtud que difícilmente se puede apreciar en los demás con objetividad. En el momento de juzgar los actos de otras personas estaremos, normalmente centrando la atención en el que recibe o en las características de la aportación. Por ejemplo, si nos enteramos de que alguna persona sin problemas económicos ha regalado una cantidad de dinero a algún pariente suyo con necesidades, es lógico que le llamemos «generoso». Sin embargo, esa aportación seguramente no le ha costado ningún esfuerzo. Desconocemos el motivo del acto: ¿ha sido por reconocer la necesidad de su pariente o por no sentirse culpable, etc. Es decir, podemos identificar distintos medios o maneras para poder llevar a cabo un acto de generosidad, pero un acto será muestra de generosidad o no, de acuerdo con la intensidad con que se viva la virtud y la rectitud de los motivos.
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