La educación en valores es el fundamento del equilibrio personal y social. La persona conoce los valores a través de su inteligencia y los desarrolla a través de su voluntad. Hace valoraciones: juzga, ordena, jerarquiza y clasifica para aplicarlos a su vida.
Cuando los padres de familia y los educadores viven y transmiten los valores dan testimonio de ellos naturalmente. De la misma manera, cuando dan a algunos valores una importancia mayor de la que tienen y actúan de acuerdo a esa valoración, lo hacen de manera errónea. En la mayoría de los casos el mal ocurre cuando se prefieren los valores inferiores sobre los valores superiores.
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